María Adela Palcos, creadora de Río Abierto, afirma que nuestra personalidad creadora es como una circunferencia de actitudes y personajes y de sus opuestos; la esencia ocupa el centro y desde ella podemos elegir ir a cualquier actitud o personaje, según lo requiere la situación. Por el condicionamiento infantil, estamos fijados en algunos personajes, y no podemos pasar a los opuestos por estar negados o no reconocidos, y así olvidamos la esencia, perdiendo la posibilidad de ocupar esos personajes que nos ayudarían a estar en consonancia con lo que se requiere, aquí y ahora. Algo que conocemos bien por el trabajo de las polaridades en la gestalt.
A través de este sistema, podemos recuperar nuestra esencia y libertad de elección. Estamos muy por debajo de nuestro desarrollo, sostiene María Adela, que se interroga: ¿por qué considerar enfermedad lo que es un simple problema de crecimiento?; idea que comparto.
Un grupo de movimiento puede ser abierto o cerrado, y las demandas de las personas son diferentes: terapia psicocorporal, servir de apoyo a la terapia, conocerse y profundizar en sí mismo, formarse como terapeuta, flexibilizar el cuerpo y soltar tensiones, moverse, sanar aspectos del carácter y las relaciones, conocer a otros, jugar, adelgazar… Todas son bienvenidas, incluso las que no pueden ser tan claramente formuladas. Con la actividad del movimiento y la música, las personas experimentan el yo soy y el somos uno. Nuestro trabajo, paciente, es el de acompañar al grupo en su proceso de darse cuenta.
Las clases de movimiento son un viaje por el alma.
Extraido de García Núñez A. ( 2017) Movimiento Río Abierto. Dinámica grupal. Revista Española de Terapia Gestalt Nº 28, “Movimiento Vital”, Ed. La llave